Trabajadores, bajo la lupa de los detectives
Fuente: diariosur.es.-
Cada vez son más las empresas que recurren a investigadores privados ante la sospecha de que sus empleados se escaquean mientras teletrabajan o con cuarentenas ficticias.
La queja de un cliente puso en alerta a la empresa. Siempre que llamaba por teléfono a una de sus comerciales, nunca podía atenderlo en ese momento; tampoco le devolvía la llamada. Con la mosca detrás de la oreja por la advertencia de este cliente, unido a una bajada progresiva en el rendimiento laboral de esta trabajadora, que coincidió con el inicio del teletrabajo con motivo de la pandemia, llevó a la empresa a investigarla.
Contrataron los servicios de una agencia de detectives que disipara o confirmarse sus sospechas de que se ausentaba de casa. «En dos días ya teníamos todas las pruebas», recuerda Juan Rojas, director gerente de Detectives Unipol. Tras montar un dispositivo, comprobaron que todos los días salía de casa por la mañana, se reunía con un hombre «con el que mantenía una relación sentimental», paseaban por el Centro de Málaga, hacían algunas compras y acababan en algún chiringuito al mediodía.
La crisis económica de hace una década y el miedo a perder el puesto de trabajo redujo a mínimos el absentismo laboral. La picaresca para escaquearse de la oficina se convirtió en una práctica arriesgada, pero el Covid-19 parece haberla despertado de su letargo, ayudada por nuevas prácticas laborales y protocolos sanitarios impuestos por la pandemia, como han sido el teletrabajo y las cuarentenas obligadas cuando se ha estado en contacto con algún positivo en coronavirus. «Muchos lo están utilizando para hacer otras actividades durante su jornada de trabajo y seguir cobrando a fin de mes», advierte Rojas.
Este detective, que lleva el oficio en la sangre (su padre fundó la agencia en 1963), afirma que quien es un «caradura», se aprovecha de la situación y acaba contagiando de esos malos hábitos a otros compañeros. «Son como las manzanas podridas», apostilla. Asegura que en muchas empresas tienen perfectamente identificado este perfil de trabajador, que se delata a sí mismo, porque siempre suele presentar la baja cuando se acerca un puente o un fin de semana para sumarse más días».
Pero en otras ocasiones, la empresa recurre a estos investigadores para comprobar que en su ámbito de trabajo se está cumpliendo con el protocolo Covid-19 por parte de la plantilla. «A veces, la preocupación de las empresas no es el rendimiento laboral, sino la salud de sus empleados y velan por que se cumpla la ley de prevención de riesgos laborales a rajatabla», aclara el director de Unipol.
En este complicado contexto, ha aflorado el trabajo de los detectives privados. Si hasta ahora, gran parte de sus investigaciones se relacionaban con la modificación de medidas en el ámbito familiar y las bajas laborales fraudulentas, desde la llegada del coronavirus asumen también otro tipo de servicios. «Antes, un empresario se podía permitir tener a los trabajadores de baja, pero ahora con las plantillas tan ajustadas (muchos están en ERTE), necesita que todos los empleados que tiene en teletrabajo estén funcionando al cien por cien, por eso, acuden cada vez más a nosotros», argumenta José Alberto Domínguez, delegado en Andalucía de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), un referente del sector con implantación en todas las comunidades autónomas y donde constatan que alrededor de un 30% de los servicios que llevan a cabo están relacionados con la pandemia, especialmente en regiones con un gran tejido empresarial como Madrid, Cataluña o País Vasco. «El que tiende al escaqueo siempre ha buscado excusas, pero con las cuarentenas, que pueden alargarse hasta 15 días y, además, están consideradas accidente laboral, con lo que se cobra el sueldo íntegro, han encontrado la horma de su zapato. En España, no tomamos conciencia de que el gasto de la Seguridad Social sale de todos, es más, si otro defrauda, hasta se le ríe la gracia cuando en realidad lo que tendría que causar es indignación», lamenta Domínguez.